Thursday, November 22, 2012


                                    LO QUE SE BUSCA EN UN PALOMO LADRON



Las palomas ladronas ó ladinas se distinguen del resto de las de su especie por la especial acentuación que tiene en ellas los instintos de persecución, seducción y conservación. Partiendo de estas notas distintivas, el presente documento pretende definir cada uno de estos tres instintos y desarrollar las condiciones y actitudes que los mismos encierran, confeccionando el Patrón de lo que debe ser un buen Palomo de Trabajo.
Para ello se ha tenido en cuenta todas las aportaciones históricas, conocimientos heredados de padres a hijos y de todos aquellos aficionados que a través de los foros han aportado sus opiniones y conocimientos.

A) PERSECUCIÓN: En este apartado se valora la velocidad empleada por el ejemplar para perseguir y alcanzar a sus congéneres, su radio y su techo de vuelo, así como su resistencia en vuelo y su agilidad.

  1. Velocidad: un buen palomo ladrón ha de poder desplazarse en vuelo con la velocidad necesaria para perseguir a su conquista, alcanzarla y acompañarla allá donde ésta fuese.
  2. Agilidad: durante la persecución, el ejemplar debe mostrar agilidad en sus movimientos, adaptándose automáticamente a los posibles quiebros, cambios de orientación y/o de altura que el palomo/a perseguido realice de forma inesperada.
  3. Resistencia: las salidas en búsqueda de piezas deben de ser constantes y prolongadas en el tiempo. Una vez alcanzada, el buen palomo ladrón debe permanecer en vuelo con la pieza tanto tiempo como sea necesario para atraerla hasta su palomar.
  4. Radio de vuelo: en el caso de que en las inmediaciones de su palomar no divisase ejemplares que conquistar, el buen palomo ladrón debe alejarse cuanto sea necesario en la buscada de piezas, valorándose la distancia que recorra con este fin.

  1. Techo de vuelo: un buen palomo ladrón debe, durante la búsqueda de piezas, ascender en el cielo lo máximo posible, con objeto de divisar en su totalidad el campo de acción y a sus posibles conquistas.

B) SEDUCCIÓN: En este apartado se valorará la actitud y los recursos empleados por el ejemplar con objeto de atraer hasta el palomar a su conquista, logrando que ésta se apee en el mismo y convenciéndola para que entre en su cajón, donde quedará anidada. Es la fase de cortejo propiamente dicha. Durante este lance del juego se aprecian tres momentos: el acoplamiento con la pieza, la entrada en el palomar y el encajonamiento.

  1. 1. Acoplamiento: una vez alcanzada la pieza, el buen palomo ladrón debe rebasarla y ponerse delante de ella, intentando que ésta la siga hasta su palomar. Para ello deberá utilizar cualquier recurso que sea necesario con objeto de variar la dirección de su vuelo y convencerla para que le siga. En esta fase, el vuelo del ejemplar será más armonioso, acompasado y vistoso, mostrando todas sus armas de conquista. En ningún momento el palomo/a deberá acosar a su acompañante. Si durante el acompañamiento la conquista se posase en algún lugar, el buen palomo ladrón se parará junto a ella, para acto seguido dar continuos saques ó trasteos intentando que la pieza lo siga. También es de valorar que el ejemplar, sin llegar a posarse, realice continuos pases por el lugar donde la pieza se hubiese parado, intentando que ésta levante el vuelo y le siga.

  1. 2. Entrada en el palomar: la parada en el palomar irá precedida de una ó varias marcadas, mediante las cuales el ejemplar mostrará a su acompañante cuál es su casa. Para ello se dejará caer en picado parándose ó no en la misma según la respuesta que obtenga de la pieza. En el caso de que ésta no llegue a posarse, el ejemplar deberá reemprender el vuelo, alcanzar a su conquista y volver a repetir de nuevo esta operación, cuantas veces sea necesario hasta conseguir que la conquista se apee. Son muy apreciados los ejemplares que cuando traen pieza se posan directamente sobre su cajón.

  1. 3. Encajonamiento: una vez que la conquista se halla en el palomar, el palomo/a la cortejará y con gran melosidad la dirigirá hasta su cajón, donde la anidará. Para lograr tal propósito el animal se dirigirá hasta su cajón, entrando y saliendo varias veces de él con objeto de llamar su atención y mostrarle la entrada al mismo, a la vez que arrulla y se muestra ostentoso. A continuación el animal permanecerá dentro del cajón llamando a la pieza hasta que ésta entre. En todo momento estará pendiente de la pieza y si ésta saliese a volar, habrá de seguirla transcurrido un tiempo prudencial la pieza no acabase de entrar en el cajón, se valorará que el ejemplar le realice un saque de herradura, consistente en arrancar el vuelo de su conquista realizando un vuelo corto con la misma alrededor del palomar para a continuación dirigirse nuevamente a llamarla a su cajón hasta que logre anidarla.

C) CONSERVACIÓN: El palomo ladrón debe tener buen instinto de búsqueda y máxima querencia a su palomar, el cual no abandonará salvo durante los lances propios del juego, y siempre con el propósito de atraer a la pieza hasta el mismo. Permanecerá con su conquista en los palomares ajenos o en otros lugares como pueden ser las torres de las iglesias, cortijos, ó apostaderos, el tiempo que en cada caso sea necesario para lograr seducirla. En todo caso el ejemplar debe mostrar comportamientos que evidencien claramente que considera su cajón como su casa y no como un simple lugar donde encontrar agua y comida. El instinto de conservación es complementario del instinto de seducción, ya que la labor de un buen palomo ladrón no sólo consiste en seducir a sus congéneres sino evitar ser seducido por los mismos. Se valorará, por ello, la resistencia del ejemplar a abandonar su palomar. También se valorará la resistencia del ejemplar a ser capturado por el hombre, debiendo el animal, en los momentos en los que intuya que está en peligro su autoconservación, alejarse del lugar en búsqueda de otro más seguro, desde el que seguirá realizando su cometido.

  • 1. Instinto de búsqueda: Una de las principales cualidades que debe tener un buen palomo ladrón es la continua búsqueda de palomas/os para atraerlos a su palomar, para ello debemos identificar tres rasgos importantes a la hora de valorar:
Rastreo: el buen ladrón debe tener instinto de búsqueda, este animal debe tener constantes salidas para buscar palomas debe rastrear la zona " peinarla " donde vuela, cuando diera con alguna pieza debe ir rápidamente en busca de ella y si fuese a mas altura debe dejarse caer rápidamente en busca de su pieza demostrando agilidad de movimientos rápidos, precisos y demostrando audacia, debe hacer por buscar posibles presas.
Vigilancia: este es otro rasgo del buen ladrón, y más del pájaro viejo que se queda en su apostadero siempre vigilante a la espera del paso de una posible presa con la intención de salirle al camino.
Visión: otro rasgo del animal unido a vigilancia y rastreo, es la vista que tenga, pues aún siendo la posible presa un pequeño punto en el horizonte, estira el cuello como mirando a lo lejos y sin pensarlo dos veces inmediatamente sale en esa dirección.

  • 2. Astucia: Por último, aunque no menos importante, también se ha de valorar los comportamientos que evidencien astucia en el animal. Así hay muchos palomos/as que, ante la presencia de competidores en los alrededores de su palomar que puedan abortar la eficacia de su labor seductora, cuando traen a su conquista la llevan volando a ras de los tejados o suelo, o bien permanecen con ella en un lugar seguro a la espera de que el campo esté despejado. También constituye una actitud astuta el llegar a reconocer dentro de un bando a aquellas palomas que sean más receptivas y por tanto más fáciles de conquistar, evitando de esta forma pérdidas de tiempo y esfuerzos innecesarios que puedan llevar al debilitamiento del animal.

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